miércoles, 17 de junio de 2015

Libros: Las 48 leyes del poder.



Del escritor : Las 48 leyes del poder, escritas por Robert Greene, demuestran cómo han manejado el poder los distintos gobernantes en las diferentes etapas históricas, cómo lo han conservado y cómo lo han perdido. La aplicación de estas leyes en todos los tiempos, y dependiendo de quien las aplique, han sido un éxito o un fracaso. Se considera que éstas deben ser estudiadas y complementadas con la experiencia de cada uno de ustedes y sobre todo con el deseo de entenderlas y proponer o formular las que correspondan a nuestra realidad para no seguir por la senda del dogmatismo, sectarismo y autoritarismo que nos ha caracterizado y que en la práctica se ha traducido en beneficios para la oligarquía y el imperialismo y en una consecuente pérdida o derrota para nuestro pueblo. 

Compartimos la recomendación literaria de la semana. 



Resumen de los capítulos. 

Ley Nº 1- Nunca le haga sombra a su amo 
Esfuércese siempre por lograr que quienes están jerárquicamente por encima de usted se sientan cómodos con su sensación de superioridad. No permita que sus deseos de complacerlos o impresionarlos lo induzcan a hacer ostentación de sus talentos y de su capacidad, ya que ello podrá generar un efecto opuesto al deseado, es decir, inspirar temor e inseguridad en sus superiores. Hágalos aparecer siempre más brillantes de lo que en realidad son... y accederá a la cumbre del poder. 

Ley Nº 2- Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos 
Desconfíe de los amigos; suelen ser los primeros en traicionarlo, ya que caen fácilmente presa de la envidia. También suelen convertirse en irrespetuosos y tiranos. En cambio, emplee a quien haya sido su enemigo, y le será más leal que un amigo, ya que deberá hacer mayores esfuerzos por demostrar su adhesión. Lo cierto es que usted debe temer más a sus amigos que a sus enemigos. Si no tiene enemigos, busque la forma de creárselos. 

Ley Nº 3- Disimule sus intenciones 
Desconcierte a la gente y manténgala en la mayor ignorancia posible, sin revelar nunca el propósito de sus acciones. Si no tienen la menor idea de qué es lo que usted quiere lograr, les resultará imposible preparar una defensa. Condúzcalos por el camino de las falsas suposiciones, envuélvalos en una nube de humo y verá que, cuando al fin caigan en la cuenta de las verdaderas intenciones de usted, ya será tarde para ellos. 

Ley Nº 4- Diga siempre menos de lo necesario 
Cuando intente impresionar a la gente con palabras, tenga en cuenta que cuanto más diga tanto más vulnerable será y tanto menor control de la situación tendrá. Incluso cuando lo que diga sea sólo banalidad, parecerá una idea original si la plantea en forma vaga, abierta y enigmática. Las personas poderosas impresionan e intimidan por su parquedad. Cuanto más hable, mayor será el riesgo de decir alguna tontería. 

Ley Nº 5- Casi todo depende de su prestigio; defiéndalo a muerte 
Su renombre y su prestigio constituyen la piedra angular del poder. Basta el prestigio para intimidar y ganar. Sin embargo, una vez que decae, usted se tornará vulnerable y será atacado por todos los flancos. Convierta su prestigio en una fortaleza inexpugnable. Manténgase alerta frente a cualquier tipo de ataques potenciales y desbarátelos antes de que se produzcan. Al mismo tiempo, aprenda a destruir a sus enemigos abriendo brechas en la reputación de ellos. Luego dé un paso al costado y deje que la opinión pública lo crucifique. 

Ley Nº 6- Busque llamar la atención a cualquier precio 
Todo es juzgado por su apariencia; lo que no se ve no cuenta. Nunca acepte perderse en el anonimato de la multitud o ser sepultado por el olvido. Ponga toda su fuerza en destacarse. Conviértase en un imán que concentre la atención de los demás, mostrándose más atractivo y más misterioso que la gran masa, tímida y anónima. 

Ley Nº 7- Logre que otros trabajen por usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles 
Utilice la inteligencia, los conocimientos y el trabajo físico de otros para promover su propia causa. Ese tipo de ayuda no sólo le permitirá ahorrar mucho tiempo y energía, sino que le conferirá un aura divina de rapidez y eficiencia. A la larga, sus colaboradores serán olvidados y todos lo recordarán a usted. Nunca haga lo que otros pueden hacer por usted. 

Ley Nº 8- Haga que la gente vaya hacia usted y, de ser necesario, utilice la carnada más adecuada para lograrlo 
Cuando obligue a otro a actuar; deberá ser usted quien en todo momento ejerza el control. Siempre es mejor lograr que su contrincante se acerque a usted y abandone, en este proceso, sus propios planes. Atráigalo con ganancias fabulosas... y después proceda a atacar. Usted tiene todos los ases en la mano. 

Ley Nº 9- Gane a través de sus acciones, nunca por medio de argumentos 
Cualquier triunfo circunstancial que usted obtenga a través de argumentación verbal en realidad es sólo una victoria pírrica: el resentimiento y la mala voluntad que así genera son más intensos y duraderos que cualquier acuerdo momentáneo que haya logrado. Es mucho más eficaz lograr la coincidencia de otros con la coincidencia de otros con usted a través de sus acciones, sin decir palabra alguna. No explique, demuestre. 

Ley Nº 10- Peligro de contagio: evite a los perdedores y los desdichados 
La desdicha de los demás puede conducirlo a la muerte: los estados de ánimo son tan contagiosos y tóxicos como una enfermedad infecciosa. Aunque sienta que debe tenderle una mano a alguien que se está hundiendo, lo único que logrará con ello será acelerar su propia caída. A menudo, los perdedores, son los artífices de su propia desgracia y terminan por transmitirla a quien quiere ayudarlos. Evítelos y, en cambio, frecuente a individuos ganadores y felices. 

Ley Nº 11- Haga que la gente dependa de usted 
Para mantener su independencia, es indispensable que los demás lo quieran y necesiten. Cuanto más confíen y dependan de usted, tanto más libertad usted tendrá. Haga que la gente dependa de usted para lograr su felicidad y prosperidad, y no tendrá nada que temer. Nunca enseñe a los demás lo suficiente como para que puedan arreglárselas sin su ayuda. 

Ley Nº 12- Para desarmar a su víctima, utilice la franqueza y la generosidad en forma selectiva 
Un gesto sincero y honesto compensará docenas de actitudes dictadas por la hipocresía y la falsedad. El gesto de franca y honesta generosidad hace bajar la guardia aun al individuo más desconfiado. Una vez que su sinceridad selectiva haya abierto una brecha en la armadura del otro, podrá manipularlo y embaucarlo a su antojo. Un obsequio oportuno -especie de caballo de Troya- podrá cumplir el mismo objetivo. 

Ley Nº 13- Cuando pida ayuda, no apele a la compasión o a la gratitud de la gente, sino a su egoísmo 
Si necesita recurrir a la ayuda de un aliado, no se moleste en recordarle el apoyo que usted le dio en el pasado o sus buenas acciones. Lo pasado se ignora o se olvida. Si, en cambio, al formular su pedido de colaboración, usted muestre elementos que beneficiarán a la otra persona y hace gran hincapié en ellos, su contrincante responderá con entusiasmo a su solicitud, al detectar el beneficio que podría obtener. 

Ley Nº 14- Muéstrese como un amigo pero actúe como un espía 
Es de fundamental importancia saberlo todo sobre su rival. Utilice espías para reunir información valiosa que le permita mantener siempre una ventaja sobre él. Y mejor aún: haga usted mismo de espía. Aprenda a sondear con cuidado a la gente en corteses encuentros sociales. Formule preguntas indirectas para lograr que el otro revele sus intenciones y sus debilidades. Toda ocasión es buena para ejercer el arte del espionaje. 

Ley Nº 15- Aplaste por completo a su enemigo 
Empezando por Moisés, todos los grandes líderes de la historia sabían que era necesario aplastar por completo al enemigo al que temían. (En algunas oportunidades aprendieron esta lección a fuerza de golpes). Si se deja encendida una sola brasa, por muy débil que sea, siempre se corre el riesgo de que vuelva a desencadenarse un incendio. Se ha perdido más por una aniquilación a medias que por una exterminación total: el enemigo se recuperará y buscará venganza. Destruyalo por completo, no sólo física sino también espiritualmente. 

Ley Nº 16- Utilice la ausencia para incrementar el respeto y el honor 
Demasiada oferta reduce el precio: cuanto más lo vean y oigan, tanto menos necesario lo considerarán los demás. Si ya ha afirmado su posición dentro de un grupo determinado, un alejamiento temporario hará que hablen más de usted, e incluso que lo admiren. Deberá aprender cuándo alejarse. Recuerde que la escasez de un recurso incrementa su valor. 

Ley Nº 17- Mantenga el suspenso. Maneje el arte de lo impredecible 
El ser humano es hijo del hábito y tiene una necesidad insaciable de sentirse familiarizado con las actitudes de quienes lo rodean. Si usted se muestra predecible, confiere a los demás la sensación de tener cierto control sobre usted. Invierta los papeles: muéstrese deliberadamente impredecible. Las actitudes que en apariencia carecen de coherencia o propósito desconcertarán a los demás, que se agotarán tratando de explicarse sus movimientos y acciones. Llevada a un extremo, esta estrategia puede intimidar y aterrorizar. 

Ley Nº 18- No construya fortalezas para protegerse: el aislamiento es peligroso 
El mundo es un sitio peligroso y los enemigos acechan por doquier; todos necesitan protegerse. Una fortaleza se presenta como la alternativa más segura. Pero el aislamiento lo expone más de la que la protege de los peligros que la rodean, ya que la aisla de información valiosa y la destaca como un blanco difícil para los demás. Es mucho más seguro circular, mezclarse entre la gente y buscar aliados. La multitud lo protege de sus enemigos. 

Ley Nº 19- Sepa con quién está tratando: no ofenda a la persona equivocada 
En el mundo hay muchas clases de personas diferentes, y usted no puede suponer que todos reaccionarán de la misma manera frente a sus estrategias. Hay ciertas personas que, si usted las manipula o engaña, pasarán el resto de su vida procurando vengarse. Serán, desde el momento de la ofensa, lobos con piel de oveja. Elija con cuidado a sus víctimas y a sus contrincantes, y nunca ofenda o engañe a la persona equivocada. 

Ley Nº 20- No se comprometa con nadie 
Sólo los tontos se apresuran siempre a tomar partido. No se comprometa con ninguna posición o causa, salvo con la suya propia. El hecho de mantener su independencia lo convierte en el amo de los demás. Obtenga beneficios oponiendo a las personas entre sí. 

Ley Nº 21- Finja candidez para atrapar a los candidos: muéstrese más tonto que su víctima 
A nadie le gusta sentirse más estúpido que los demás. Por lo tanto, el truco consiste en hacer sentir sagaces e inteligentes a sus víctimas y, sobre todo, más sagaces e inteligentes que usted. Una vez que las haya convencido de esto, nunca sospecharán que usted tiene motivaciones ocultas contra ellos. 

Ley Nº 22- Utilice la táctica de la capitulación. Transforme la debilidad en poder 
Cuando usted sea el más débil, nunca luche simplemente por salvar su honor. Opte, en cambio, por la capitulación. Rendirse le dará tiempo para recuperarse, tiempo para atormentar e irritar al vencedor, tiempo para esperar a que el poder de éste se diluya. No le dé la satisfacción de luchar y ser vencido por él. Capitule antes de ser derrotado. Al volver la otra mejilla, enfurecerá y desconcertará a su contrincante. Convierta la capitulación en un instrumento de poder. 

Ley Nº 23- Concentre sus fuerzas 
Conserve sus fuerzas y su energía manteniéndolas concentradas en su punto más fuerte. Ganará más descubriendo un rico yacimiento y explotándolo en profundidad, que pasando de un yacimiento pobre a otro: la intensidad siempre triunfa sobre la dispersión. Cuando busque fuentes de poder que puedan promoverlo, procure encontrar siempre el patrón clave único, la vaca lechera que puedan ordeñar durante largo tiempo. 

Ley Nº 24- Desempeñe el papel de cortesano perfecto 
El cortesano perfecto, adulador e intrigante, prospera y alcanza su plenitud en un mundo en el cual todo gira en tomo del poder y de la habilidad política. Domina a la perfección el arte de la oblicuidad. Adula, se somete a sus superiores y reafirma su poder sobre los demás de la forma más encantadora y graciosamente indirecta y falsa. Aprenda a aplicar las leyes del cortesano, y su ascenso dentro de la corte no conocerá límites. 

Ley Nº 25- Procure recrearse permanentemente 
No acepte los papeles que la sociedad le ha endilgado. Fórjese una nueva identidad que atraiga la atención y nunca aburra al público. Sea el dueño de su propia imagen, en lugar de permitir que otros la definan por usted. Incorpore elementos dramáticos en sus gestos y acciones públicas, y su poder se verá reforzado y su personalidad crecerá en forma asombrosa. 

Ley Nº 26- Mantenga sus manos limpias 
Es necesario que, en todo momento, usted aparezca como paradigma de la corrección y la eficiencia. Sus manos nunca se ensuciarán por ilícitos o descuidos. Mantenga esa apariencia impecable, utilizando a otros como testaferros o pantallas para ocultar, cuando sea necesario, su participación personal en hechos de esta índole. 

Ley Nº 27- Juegue con la necesidad de la gente de tener fe en algo, para conseguir seguidores incondicionales 
La gente tiene una necesidad irrefrenable de creer en algo. Conviértase en el centro focalizador de esa necesidad, ofreciéndoles una causa o una nueva convicción a la que adherir. Formúlela en términos vagos pero pletóricos de promesas. Enfatice el entusiasmo por sobre el pensamiento claro y racional. Dé a sus nuevos discípulos, rituales que realizar y exíjales sacrificios. Ante la ausencia de una religión organizada y grandes causas en las que puedan creer, su nuevo sistema de convicciones le conferirá un poder inaudito. 

Ley Nº 28- Sea audaz al entrar en acción 
Si se siente inseguro frente a determinado curso de acción, no lo intente. Sus dudas y titubeos se transmitirán a la ejecución del plan. La timidez es sumamente peligrosa; lo mejor es encarar toda acción con audacia. Cualquier error que usted cometa por ser audaz se corregirá con facilidad mediante más audacia. Todo el mundo admira al audaz; nadie honra al timorato. 

Ley Nº 29- Planifique sus acciones de principio a fin 
Un final brillante constituye el corolario que da énfasis a todo su accionar. Planifique su camino teniendo en cuenta todas las consecuencias posibles, todos los obstáculos y todos los giros del azar que puedan incidir de manera negativa sobre su trabajosa elaboración y otorgar la gloria a otros. Planificar todo un proceso, de principio a fin, evitará que lo abrumen los factores negativos y le permitirá saber con exactitud cuándo detenerse. Maneje la fortuna con cuidado y determine el futuro planificando a largo plazo. 

Ley Nº 30- Haga que sus logros parezcan no requerir esfuerzos 
Su accionar deberá parecer natural y de fácil ejecución. Toda la práctica y el esfuerzo que usted realice, así como todas las habilidosas artimañas a las que recurra, deberán permanecer ocultos. Cuando actúe, hágalo como si la tarea que tiene entre manos fuese algo de lo más sencillo, como si pudiese hacer todavía mucho más. Evite la tentación de revelar lo mucho que usted trabaja, pues con ello sólo generará cuestionamientos. No le enseñe a nadie sus trucos especiales, o los usarán contra usted. 

Ley Nº 31- Controle las opciones: haga que otros jueguen con las cartas que usted reparte 
El mejor engaño es aquel que aparenta ofrecer opciones al otro: sus víctimas sienten que controlan la situación. Pero en realidad no son sino títeres en sus hábiles manos. Presente opciones que siempre le sean favorables, independientemente de cuál de ellas elijan los demás. Obligúelos a optar entre el menor de dos males y logre que cualquiera de las dos elecciones resulte a favor de usted. Haga que cualquier alternativa por la que se decidan sus rivales, los perjudique a ellos y lo beneficie a usted. 

Ley Nº 32- Juegue con las fantasías de la gente 
Muchas veces se evita la verdad porque suele ser dura y desagradable. Nunca recurra a la verdad, ni a la realidad, salvo que esté dispuesto a enfrentar la ira que genera la desilusión. La vida es tan dura y problemática que aquellas personas capaces de inventar ilusiones o conjurar fantasías son como oasis en el desierto: todos van hacia ellas. Apelar a las fantasías de las masas es una fuente inmensa de poder. 

Ley Nº 33- Descubra el talón de Aquiles de los demás 
Todo individuo tiene un punto débil, una fisura en la muralla que rodea su fortaleza. Por lo general, esa debilidad es algo que le causa inseguridad, o una emoción o una necesidad que lo supera. También puede ser un pequeño placer secreto. Sea lo que fuere, una vez que usted la haya descubierto, esa debilidad se convierte en un elemento de presión que podrá manejar a su antojo y, por su puesto, siempre a su favor. 

Ley Nº 34- Actúe como un rey para ser tratado como tal 
Su forma de actuar determinará cómo lo tratarán los demás: a la larga, una presencia vulgar o común hará que la gente le pierda el respeto. Porque un rey se respeta a sí mismo e inspira el mismo sentimiento en los demás. Al adoptar una actitud de rey, mostrando confianza en su propio poder, logrará que lo consideren destinado a llevar una corona real sobre la cabeza. 

Ley Nº 35- Domine el arte de la oportunidad 
Nunca demuestre tener prisa, ya que el apuro delata una falta de control sobre el tiempo y sobre su propio accionar. Muéstrese siempre paciente, como si supiera que, con el tiempo, todos sus deseos se cumplirán. Conviértase en especialista en el arte de detectar el momento propicio para cada cosa. Descubra el espíritu de los tiempos actuales y las tendencias que lo llevarán al poder. Aprenda a mantenerse a la expectativa cuando el momento propicio no haya llegado, y a golpear con fuerza cuando la oportunidad le sea propicia. 

Ley Nº 36- Menosprecie las cosas que no puede obtener: ignorarlas es la mejor de las venganzas 
Al prestar atención a un problema trivial, lo convierte en real y le confiere importancia. Cuanta más atención le preste a un enemigo, más lo fortalecerá. Y a menudo, un pequeño error se magnifica en el intento de corregirlo. A veces, lo mejor es dejar ciertas cosas por completo de lado. Si hay algo que usted desea pero no puede obtener, menosprecíelo. Cuanto menos interés demuestre, mayor será el nivel de superioridad que verán los demás en usted. 

Ley Nº 37- Arme espectáculos imponentes 
Una imaginería impactante y gestos simbólicos grandiosos generan aura de poder, ya que ejercen gran atracción sobre todos. Presente espectáculos imponentes para quienes lo rodean, plenos de elementos visuales fascinantes y radiantes simbolismos que enfaticen su presencia. Encandilados por las apariencias, los demás no se darán cuenta de lo que usted está haciendo en realidad. 

Ley Nº 38- Piense como quiera, pero compórtese como los demás 
Si usted hace ostentación de ir contra la corriente, alardeando acerca de sus ideas poco convencionales y sus actitudes heterodoxas, la gente pensará que usted sólo desea llamar la atención y que desprecia a los demás. Encontrarán la forma de castigarlo por hacerlos sentir inferiores. Es mucho más seguro confundirse con la masa y adoptar un cierto aire "común". Limítese a compartir su originalidad con amigos tolerantes y con aquellas personas de las que está seguro que aprecian su forma de ser diferente y especial. 

Ley Nº 39- Revuelva las aguas para asegurarse una buena pesca 
La ira y las emociones son estratégicamente contraproducentes. Siempre deberá mantenerse sereno y objetivo, pero si puede enfurecer a sus enemigos mientras usted conserva la calma, obtendrá una ventaja decisiva. Desoriente a sus enemigos: descubra la grieta, a través de la cual pueda sacudirlos y manejarlos. 

Ley Nº 40- Menosprecie lo que es gratuito 
Todo lo que es gratuito es peligroso, ya que por lo general implica alguna treta o un compromiso oculto. Las cosas que tienen valor valen la pena pagarse. De esta manera, no estará obligado a gratitud alguna, se verá libre de culpa y evitará fraudes y engaños. Lo más inteligente es, a menudo, pagar el precio total. Cuando hablamos de excelencia no hay gangas. Sea generoso con su dinero y hágalo circular, dado que la generosidad es señal e imán de poder. 

Ley Nº 41- Evite imitar a los grandes hombres 
Lo que se produce por primera vez siempre parece mejor y más original que lo que viene después. Si usted sucede a un gran hombre o tiene padres célebres, deberá lograr el doble para superar la imagen de ese "modelo". No se pierda en la sombra de esos "grandes" ni se quede estancado en un pasado que no es obra suya: encuentre su propia identidad y reafírmela con su accionar diferente. Elimine a ese padre dominante, reniegue de su herencia y gane poder a través de sus propios méritos. 

Ley Nº 42- Muerto el perro, se acabó la rabia 
Los problemas suelen tener su origen en un solo individuo fuerte: el instigador, el subalterno arrogante, el sembrador de inquinas y resentimientos. Si usted deja espacio para el accionar de este tipo de individuo, otros sucumbirán a la influencia del personaje. No espere a que los problemas que él causa se multipliquen, y no trate de negociar con él, pues es irrecuperable. Neutralice esa influencia, aislándolo o eliminándolo. Recuerde que, muerto el perro, se acabó la rabia. 

Ley Nº 43- Trabaje sobre el corazón y la mente de los demás 
La coerción provoca una reacción que, con el tiempo, puede actuar contra usted. Es necesario lograr, mediante maniobras de seducción, que los demás se muevan en la dirección que usted desea. Una vez seducida, la persona se convierte en su leal servidor. Y la forma más eficaz de seducir a alguien, consiste en manejar con habilidad las flaquezas y la psicología del individuo. Debilite la resistencia del otro a través de la manipulación de las emociones, jugando con lo que el otro ama y valora, o lo que teme. Si usted ignora el corazón y la mente de los demás, terminarán odiándolo. 

Ley Nº 44- Desarme y enfurezca con el efecto espejo 
El espejo refleja la realidad pero también es el arma perfecta para el engaño: cuando usted refleja a sus enemigos, haciendo exactamente lo que hacen ellos, sus rivales no lograrán deducir su estrategia. El efecto espejo los burla y humilla, lo cual los lleva a reaccionar en forma desmedida. Al poner un espejo frente a su psique, usted los seduce con la ilusión de que comparte sus valores. Al reflejar sus acciones en un espejo, les enseña una lección. Son muy pocos los que pueden resistirse al poder del efecto espejo. 

Ley Nº 45- Predique la necesidad de introducir cambios, pero nunca modifique demasiado a la vez 
En teoría, todo el mundo comprende la necesidad del cambio, pero en el nivel cotidiano el ser humano es hijo de la costumbre. Demasiada innovación resulta traumática y conducirá a la rebelión. Si usted es nuevo en una posición de poder, o un tercero que intenta construir una base de poder, haga alarde de respetar la forma tradicional de hacer las cosas. Si se impone un cambio necesario, hágalo aparecer como una leve modificación positiva del pasado. 

Ley Nº 46- Nunca se muestre demasiado perfecto 
Siempre es peligroso mostrarse superior a los demás, pero lo más peligroso de todo es parecer libre de toda falla o debilidad. La envidia genera enemigos silenciosos. Lo inteligente es poner de manifiesto, de vez en cuando, sus defectos y admitir vicios inofensivos, a fin de desviar la envidia y parecer más humano y accesible. Sólo los dioses y los muertos pueden parecer perfectos impunemente. 

Ley Nº 47- No vaya mas allá de su objetivo original; al triunfar, aprenda cuándo detenerse 
El momento del triunfo es a menudo el momento de mayor peligro. En el fragor de la victoria, la arrogancia y un exceso de confianza en sus fuerzas pueden llegar a impulsarlo más allá de la meta que se había propuesto en un principio, y al ir demasiado lejos, serán más los enemigos que le creará que los que logre vencer. No permita que el éxito se le suba a la cabeza. No hay nada como la estrategia y la planificación cuidadosa. Fíjese un objetivo y, cuando lo alcance, deténgase. 

Ley Nº 48- Sea cambiante en su forma 
Al adoptar una forma definida y tener un plan claro para todo el mundo, usted se convertirá en el blanco de ataques diversos. En lugar de brindar a sus enemigos algo concreto que atacar, manténgase flexible, adaptable y en movimiento. Acepte el hecho de que nada es absoluto y de que no existen leyes fijas. La mejor manera de protegerse es mantenerse tan fluido y amorfo como el agua. Nunca apueste a la estabilidad ni a un orden perdurable. Todo cambia. 

sábado, 13 de junio de 2015

El portero que no sabía leer.




No había en el pueblo peor trabajo que ser portero del prostíbulo.

¿Pero qué otra cosa podría hacer aquel hombre?

El hecho es que nunca había aprendido como leer ni escribir, no tenía ninguna otra actividad u ocupación.

Un día, entró como gerente del burdel un joven lleno de ideas, creativo y emprendedor, que decidió modernizar el lugar.


Hizo cambios y llamó a los empleados para dar las nuevas instrucciones.

Al portero le dijo:

-A partir de hoy, usted, además de estar en la entrada, va a preparar un informe semanal donde registrará la cantidad de personas que entran y sus comentarios y quejas sobre los servicios.

–Yo adoraría hacer eso, señor, balbuceó. - Pero no sé leer ni escribir.

- ¡Ah! ¡Cuanto lo siento! Pero si es así, ya no puede seguir trabajando aquí.

- Pero sr, no puede despedirme, he trabajado en esto mi vida entera, no sé hacer otra cosa.

- Mire, lo entiendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le daremos una buena indemnización y espero que encuentre algo que hacer. Lo siento y que tenga suerte.

Dicho esto, se dio la vuelta y se fue. El portero se sentía como si el mundo se le derrumbara. ¿Qué hacer?

Recordó que en el prostíbulo, cuando se rompía alguna silla o una mesa, él las arreglaba, con esmero y cariño.

Pensó que esto podría ser una buena ocupación para conseguir un trabajo.


Pero sólo contaba con algunos clavos oxidados y una pinza mal cuidada.

Usaría el dinero de la indemnización para comprar una caja completa de herramientas.

En el pueblo no había casa de herramientas, debería viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano para comprar. Y así lo hizo.


A su regreso, un vecino llamó a su puerta:

- Vengo a preguntar si tiene un martillo para prestarme.

- Sí, acabo de comprarlo, pero lo necesito para trabajar, ya que...

- Bueno, pero yo se lo devolveré mañana muy temprano.

- Si es así, está bien.


A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino llamó a la puerta y dijo:

- Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende?

- No, lo necesito para trabajar y además, la ferretería más cercana está a un viaje de dos días, en mula.

- Vamos a hacer un trato - dijo el vecino.

Le pagaré los días de ida y vuelta, más el precio del martillo, ya que está sin trabajo en este momento. ¿Qué piensa?

Realmente, esto le daría trabajo por dos días más. Acepto.

Volvió a montar su mula y viajó.


A su regreso, otro vecino lo esperaba en la puerta de su hogar.

- Hola, vecino. Usted vendió un martillo a nuestro amigo.

Necesito algunas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus días de viaje y una pequeña ganancia mas para que me las compre, porque yo no tengo tiempo para viajar para hacer las compras.

¿Qué piensa?


El ex portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Pagó y se fue. Y nuestro amigo guardó las palabras que escuchaba: " No tengo tiempo para viajar a hacer las compras”.

Si esto es así, muchos requerirán de él para viajar y traer herramientas.

En el próximo viaje, arriesgó un poco más de dinero, trayendo más herramientas de las que había vendido.

De hecho, podría economizar un poco de tiempo en los viajes.

La noticia comenzó a esparcirse por el pueblo y muchos, queriendo economizar el viaje, hacían encomiendas.

Ahora, como vendedor de herramientas, una vez por semana viajaba y traía lo que necesitaban sus clientes


Con el tiempo, alquiló un galpón para almacenar las herramientas y unos meses más tarde, se compró una vitrina y un escaparate y transformó el galpón en la primera ferretería en el pueblo. Todos estaban contentos y compraban allí.

Ya no viajaba, los fabricantes le enviaban los pedidos. Él era un buen revendedor. Con el tiempo, la gente de los pueblos cercanos preferían comprar en la ferretería, que tener que gastar días en viajes.

Un día se acordó de un amigo suyo que era tornero y herrero y pensó que él podría fabricar las cabezas de los martillos.

Y entonces, por qué no, los destornilladores, los pinzas, los cortadores, etc. ...


Y después estaban los clavos y los tornillos...

En pocos años, se convirtió, con su trabajo, en un fabricante de herramientas rico y próspero.

Un día decidió donar una escuela al pueblo.

En ella, además de la lectura y la escritura, los niños aprendían algún oficio.


En el día de la inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, lo abrazó y le dijo:

- Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos que nos conceda el honor de poner su firma en la primera página del libro de actas de esta nueva escuela.

- El honor sería mío, dijo el hombre. Sería una cosa que me daría mucho gusto, firmar ese libro, pero no sé leer ni escribir, soy analfabeta.

- ¿Usted? Dijo incrédulo el alcalde. ¿Construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? ¡Esto es increíble! Y le preguntó:

- ¿Qué hubiera sido de usted si supiese leer y escribir?


- Eso lo puedo contestar, el hombre dijo con calma: - Si yo supiese leer y escribir... seguiría siendo el PORTERO DEL PROSTÍBULO.


ESTA HISTORIA ES verdadera, y se refiere a un gran industrial llamado ... Valentín Tramontina , fundador de Industrias Tramontina, que hoy cuenta con 10 fábricas, 5.500 empleados, produce 24 millones de unidades varias al mes y exporta bajo su propia marca a más de 120 países - es la única empresa brasileña en esta condición. La ciudad que se menciona es Carlos Barbosa, y está en el interior de Rio Grande do Sul.


Por lo general, las oportunidades son vistas como adversidades.

Las adversidades pueden ser bendiciones.

Las crisis están llenas de oportunidades.

Si alguien le bloquea la puerta, no gaste energía en la confrontación, busque las ventanas.

Recuerde la sabiduría del agua: " El agua nunca discute con sus obstáculos, sino que los rodea”.

Que su vida sea llena de victorias, no importa si son grandes o pequeñas, lo importante es celebrar cada una de ellas.

viernes, 12 de junio de 2015

Un maestro y su tarea para el verano.


Esta es la alternativa a los deberes de verano que este profesor italiano dejó a sus estudiantes y se volvió viral en Internet en los últimos días.
1. Por la mañana, cuando vayas caminando por la playa fíjate en el reflejo del sol en el agua, piensa en lo que más te guste en la vida y siéntete feliz. 2. Intenta usar todos los nuevos términos aprendidos este año: cuantas más cosas digas, más cosas puedas imaginar y más cosas puedas pensar, más libre te sentirás. 3. Lee todo lo que puedas. Pero no porque tienes que hacerlo. Lee porque el verano inspira sueños y aventuras y leyendo te sentirás como las golondrinas al vuelo. Lee …
2. Intenta usar todos los nuevos términos aprendidos este año: cuantas más cosas digas, más cosas puedas imaginar y más cosas puedas pensar, más libre te sentirás.
3. Lee todo lo que puedas. Pero no porque tienes que hacerlo. Lee porque el verano inspira sueños y aventuras y leyendo te sentirás como las golondrinas al vuelo. Lee porque es la mejor forma de rebelión que tienes. (Si queréis una lectura sugerida, preguntadme).
4. Evita todas las cosas, situaciones y personas que te influyan negativamente: Busca las situaciones y la buena compañía de los amigos que te enriquezcan, que te entiendan y que te aprecien por lo que eres.
5. Si te sientes triste o asustado, no te preocupes: el verano, como todas las cosas maravillosas, nos puede dar algún que otro problema. Intenta escribir un diario donde plasmes tus sentimientos (en septiembre, si te apetece, lo leemos juntos).
6. Baila. Quítate la vergüenza. En la pista de baile o en tu habitación. El verano es un festival y sería absurdo no formar parte de él.
7. Al menos una vez en tu vida tienes que ver el amanecer de un nuevo día. Permanece en silencio y respira. Cierra los ojos y siéntete agradecido.
8. Haz un montón de deporte.
9. Si encuentras a una persona que te gusta mucho, díselo con total sinceridad. No importa si él/ella termina por no entenderte. Si no lo hace es que él/ella no iba a formar parte de tu destino. De lo contrario, el verano 2015 será la gran oportunidad para caminar juntos. (Si esto sale mal, vuelve al paso 8).
10. Recuerda los apuntes de nuestras clases.
11. Sé alegre como el sol e indomable como el mar.
12. No digas palabras mal sonantes y sé siempre educado y amable.
13. Si vas a ver películas, hazlo en versión original para mejorar tus habilidades lingüísticas y tu capacidad de soñar. No dejes que la película acabe con los créditos; re-vívela mientras dure el verano.
14. Durante el día o en la noche, sueña en cómo puede y debe ser tu vida. Mientras dure el verano, reúne toda la fuerza que necesites para no renunciar a eso que quieres y haz todo lo posible para perseguir ese sueño.
15. Sé bueno.

miércoles, 3 de junio de 2015

EL HACHERO ESFORZADO



—No sé que pasa, gordo. En la “facu” no me va como a mí me gustaría.
—¿Qué quiere decir eso?
—Que mi rendimiento va bajando “sin prisa pero sin pausa”, desde que empezó el año. Mis calificaciones son todos sietes y ochos, quizás algún nueve. Pero en los últimos exámenes, no puedo pasar de un seis. No sé, no rindo, no me puedo concentrar, no tengo ganas.
—Bueno, Demi, también tienes que tener en cuenta que estamos sobre fin de año, quizás necesites un descanso.
—Yo pienso tomarme el descanso, pero todavía faltan dos meses para fin de año, y antes de eso es imposible. No puedo parar para tomarme vacaciones.
—A veces me parece que la civilización ha conseguido volvernos locos a todos. Dormimos de 12 a 8, almorzamos entre las 12 y la 1, cenamos entre las 9 y las 10... En realidad, nuestras actividades las decide elreloj. No nuestras ganas. A mí me parece que para algunas cosas es imprescindible cierto grado de orden, pero para otras es absolutamente incomprensible obedecer el orden preestablecido.
—Todo lo que quieras, pero ahora yo no puedo parar.
—Pero siguiendo, me dices que tu rendimiento disminuye.
—¡Debe haber otra forma!
Había una vez un hachero que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que el hachero se decidió a hacer buen papel.
El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona.
El hombre entusiasmado salió al bosque a talar.
En un solo día cortó dieciocho árboles.
—Te felicito –dijo el capataz— sigue así..Animado por las palabras del capataz, el hachero se decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente; así que esa noche se acostó bien temprano.
A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque.
A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar más que quince árboles.
—Me debo haber cansado –pensó y decidió acostarse con la puesta del sol.
Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad.
Al día siguiente fueron siete, luego cinco y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear su segundo árbol.
Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba al límite de desfallecer.
El capataz le preguntó:
—¿Cuándo afilaste tu hacha la última vez?
—¿Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles.
—¿De qué sirve, Demián, empezar con un enorme esfuerzo, que pronto se volverá insuficiente? Cuando me esfuerzo, el tiempo de recuperación nunca alcanza para optimizar mi rendimiento.

Descansar, cambiar de temas, hacer otras cosas, es muchas veces una manera de afilar nuestras herramientas.


¿Cuanto tiempo dedicamos a afilar nuestras herramientas?