lunes, 30 de marzo de 2020

LOS ZAPATOS DE LA MAESTRA DE GRUPO



Si yo fuera la docente, controlaría mejor al grupo
Si yo fuera la docente, tendría el aula más bonita y elegante
Si yo fuera la docente, todos los niños tendrían mejor comportamiento
Si yo fuera la docente, aplicaría actividades más divertidas
Si yo fuera la docente, ningún niño estaría en rezago
Si yo fuera la docente, sabría involucraría mejor a los padres de familia
Si yo fuera la docente, los niños saldrían con más conocimientos
Si yo fuera docente haría rendir los materiales sin gastar de más
Si yo fuera la docente, si yo fuera…


Entonces mi pregunta es

¿Porqué no te quedaste en grupo como docente? 
¿Porqué buscaste la función de la Dirección?

Quizá porque tu ambición fue mayor, o te enfadaste de lidiar con tanto niño o te percataste que ser docente frente a grupo es una de las funciones más difíciles del organigrama educativo, es más difícil que la del Director, que la del Supervisor y que hasta la de Jefe de Sector y la peor pagada... O quizá honestamente quisiste convertirte en un gran gestor para mejorar tu escuela.
Los zapatos del docente no son atractivos para ninguna autoridad superior, porque el sueldo es mucho menor, porque tienes que trabajar con niños que te demandan a cada instante su atención, porque tienes que hacerla de padre, madre, amigo, payaso y motivador. Porque tienes que hacerla de albañil, fontanero, jardinero, psicólogo, intendente y contador. Porque siempre usas los mismos zapatos para recorrer a pie el camino largo hasta la escuela donde te tocó y sacar de tu bolsillo el recurso para los materiales, para las copias, para pagar el desayuno de los más pobres de tus alumnos y pedir fiado para ver cada día más atractivo tu austero salón.
Los zapatos del docente no son tan atractivos como los del Director o Supervisor, porque se desgastan por la actividad con los niños, por el sol y el calor.
Por eso la próxima vez que los veas te invito a valorarlos, quizá no sean de tu agrado, pero son por el desgaste que dejan los años entregados por una fiel vocación. Valóralos y de vez en cuando ponte en esos zapatos, en los zapatos del profesor; porque tú antes de haber sido Jefe, autoridad o Director también tuviste unos zapatos feos y desgastados como los tengo hoy.
Posted on by Alba Jimenez | 1 comment

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