Howard Gardner dice:
" Ninguna persona es mejor ni peor que otra. Ni tampoco igual a otra. Lo que nos hace humanos es que cada uno de nosotros es único. Así que ríase, con la neurociencia, de quien diga que alguien es más listo que otro: ¿listo para qué? Cualquier talento no es sino capacidad de adaptación al entorno: inteligencia. Por eso, Gardner sostiene que hay más de una. Y ahí no acaba nuestra diversidad: cada cultura y cada persona entiende esa teoría –todas las teorías– a su manera. Manera, además, que varía con la edad: cuanto más envejeces, más difícil te resulta adaptar tu vida a las nuevas ideas y menos adaptarlas cómodamente a tu modo de vivir sin variarlo. Por eso, creer saber envejece y querer saber rejuvenece."
Howard Gardner, neurocientífico; autor de la teoría de las inteligencias múltiples.
Cuestionado acerca de la inteligencia emocional y el éxito de los profesionales que la poseen, esto fue lo que dijo:
Por qué cuestiona que la inteligencia es lo que miden los tests?
Porque yo soy un científico y hago experimentos y, cuando mido la inteligencia de las personas, descubro que algunas son muy buenas solucionando problemas pero malas explicándolos. Y a otras les pasa lo contrario.
¿Y si hay personas diversas es porque también tiene que haber diversos talentos?
Por eso he dedicado 400 páginas a describir siete tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal.
¿Y por qué no muchas más: la culinaria o la mística o la teatral o la ecológica?
Porque no cumplen los requisitos que sí cumplen esas. Y espero acabar demostrando que además hay una inteligencia naturalista, otra pedagógica y otra existencial para plantearnos preguntas trascendentes. Pero no más.
Hoy los colegios ya plantean sus programas según esas inteligencias múltiples.
Y yo no me dirigía a los pedagogos, pero fueron ellos los primeros que adoptaron mis teorías.
¿Por qué?
Porque comprobaban cada día en las aulas que las categorías de tonto o listo no cubren la diversidad del talento humano. Y, por tanto, que los tests de inteligencia no miden realmente nuestras capacidades, sino óolo la de resolverlos.
Su teoría, además, era cómoda para consolar a niños con malas notas y a sus papás.
Se abusó de ella al principio porque no se comprendió bien. En Australia, la administración la manipuló para explicar que había grupos étnicos que tenían inteligencias diferentes de otros.
¡Qué peligro!
En ese punto, empecé también a preguntarme por la ética de la inteligencia y por qué personas consideradas triunfadoras y geniales en la política, las finanzas, la ciencia, la medicina u otros campos hacían cosas malas para todos y, a menudo, ni siquiera buenas para ellas mismas.
Esa ya es una pregunta filosófica.
Pero yo soy un científico e inicié un experimento en Harvard, el Goodwork Project, para el que entrevisté a más de 1.200 individuos.
¿Por qué hay excelentes profesionales que son malas personas?
Descubrimos que no los hay. En realidad, las malas personas no puedan ser profesionales excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes.
A mí se me ocurren algunas excepciones...
Lo que hemos comprobado es que los mejores profesionales son siempre E CE: excelentes, comprometidos y éticos .
¿No puedes ser excelente como profesional pero un mal bicho como persona?
No, porque no alcanzas la excelencia si no vas más allá de satisfacer tu ego, tu ambición o tu avaricia . Si no te comprometes, por tanto, con objetivos que van más allá de tus necesidades para servir las de todos. Y eso exige ética.
Para hacerte rico, a menudo estorba.
Pero sin principios éticos puedes llegar a ser rico, sí, o técnicamente bueno, pero no excelente.
Resulta tranquilizador saberlo.
Hoy no tanto, porque también hemos descubierto que los jóvenes aceptan la necesidad de ética, pero no al iniciar la carrera, porque creen que sin dar codazos no triunfarán. Ven la ética como el lujo de quienes ya han logrado el éxito.
“Señor, hazme casto, pero no ahora”.
Como san Agustín, en efecto. Otra mirada estrecha lleva a estudiantes y profesionales comodones a ser lo que consideramos inerciales, es decir, a dejarse llevar por la inercia social e ir a la universidad, porque es lo que toca tras la secundaria; y a trabajar, porque es lo que toca tras la universidad..., pero sin darlo todo nunca.
Sin ilusión, la vida se queda en obligación.
Y otros son transaccional es: en clase cumplen lo mínimo y sólo estudian por el título; y después en su trabajo cumplen lo justo por el sueldo, pero sin interesarse de verdad limitan su interés y dedicación. Y son mediocres en todo.
¿No descubren algún día de su vida algo que les interese realmente?
Algunos no, y es uno de los motivos de las grandes crisis de la madurez, cuando se dan cuenta de que no hay una segunda juventud. Otra causa es la falta de estudios humanísticos: Filosofía, Literatura, Historia del Pensamiento...
¡Qué alegría! Alguien las cree necesarias...
Puedes vivir sin filosofía, pero peor. En un experimento con ingenieros del MIT descubrimos que quienes no habían estudiado humanidades, cuando llegaban a los 40 y 50, eran más propensos a sufrir crisis y depresiones.
¿Por qué?
Porque las ingenierías y estudios tecnológicos acaban dándote una sensación de control sobre tu vida en el fondo irreal: sólo te concentras en lo que tiene solución y en las preguntas con respuesta. Y durante años las hallas. Pero, cuando con la madurez descubres que en realidad es imposible controlarlo todo, te desorientas.
¿En qué país influyó más su teoría de las inteligencias múltiples?
En China editaron cientos de títulos sobre inteligencias, pero las entendieron a su modo: querían que su hijo único fuera el mejor en todas.
Pues no se trata exactamente de eso.
Cada sociedad y persona entiende lo que quiere entender. Cuanto mayor te haces, más difícil es adaptar tu vida a un descubrimiento y más fácil adaptar el descubrimiento a lo que ya creías que era la vida. Por eso, voy a clase a desaprender de mí y aprender de los jóvenes.
Fuente: lavanguardia.com.es
Muy interesante la entrevista! es cierto que hay muchas inteligencias y no es posible medirnos a todos exáctamente de la misma forma. Si te pasas la vida midiendo la inteligencia de un pez por su capacidad para trepar a los áboles, el pobre se va a pasar la vida creyendo que no sirve para nada.
ResponderBorrarMe ha gustado mucho... creo que es un autentico horror estar midiento costantemente la inteligencia de una persona!!! Muy buen post, un saludo!!
ResponderBorrarQue buena entrevista, me encanto lo que dijo! Voy a ver si encuentro algo mas de el para leer, por que la verdad que me ha dejado pensando varias cosas!!!
ResponderBorrarBesos y gracias por compartir :)
Hola! Es muy interesante la entrevista, estoy totalmente de acuerdo con lo que dice :) Todos somos inteligente de una forma o otra, siempre nos basamos por lo "principal" pero eso no es todo.
ResponderBorrarBesitos!
Menuda entrevista, súper interesante, ya sabía yo que en el tema educativo no podiamos quedarnos en el modelo de antes, que bueno que los centros de estudio hayan aceptado diversas formas de inteligencia, muy buen artículo.
ResponderBorrarInteresante entrevista y a la vez muy buena para reflexionar. El ser humano por lo general tiende a tratar de ignorante a todo aquel que no conoce o comparte los mismos conocimientos y si se viene a ver todos somos ignorantes, solo que no todos ignoramos las mismas cosas. Todo ser humano es inteligente lo que siempre vamos a ser más inteligentes para unas cosas que para otras. Al final todo en esta vida es relativo y todo depende del color del cristal con que se mire. Besos.
ResponderBorrarQué impresionante es Howard Gardner, me ha encantado eso de "creer saber envejece y querer saber rejuvenece" siempre lo digo, cada día aprendes algo nuevo y si estás abierto a ello es vida que ganas y ahí está dicho por él "rejuveneces" te sientes más vivo, más sano, más alegre, más lleno de energía. Los días que no aprendes nada son días vacíos y tristes... No sé, impresionante, mucho para pensar :)
ResponderBorrarNo conocía a Howard y es impresionante lo que podemos aprender y no ser nerciales, y vivir la vida sin pasión y sin gusto por lo que hacemos. Yo hace mucho aprendí, lo importante que es ser fiel a uno mismo, amar lo que haces y hacer lo que te gusta, no es sencillo porque la sociedad y hasta la misma familia te quiere llevar por un camino, pero es genial cuando se logra :)
ResponderBorrarMe encantó el Post muy interesante. Eso de encasillar.en listos y tontos es absurdo. Además el punto sobre los profesionales malas personas. Es muy interesante y al leerlo lógico. Definitivamente no se puede llegar a la excelencia siendo mala persona. Pues el ego ayuda pero en exceso estorba. Saludos
ResponderBorrarMe encantó el Post muy interesante. Eso de encasillar.en listos y tontos es absurdo. Además el punto sobre los profesionales malas personas. Es muy interesante y al leerlo lógico. Definitivamente no se puede llegar a la excelencia siendo mala persona. Pues el ego ayuda pero en exceso estorba. Saludos
ResponderBorrarLa verdad, quien ha estudiado humanidades le facilita para que vayamos tomando conciencia del ser de la persona, que cada uno somos irrepetibles, únicos, maravilloso y que si nos damos la mano para ser y hacer llegaremos a lograr las metas propuestas y lo que es más a vivir la vida en plenitud sin ambicionar o presumir. Sé lo que eres.
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