PERMÍTEME SEÑOR
Conocer, comprender y educar a todos mis alumnos; tratarlos con
autoridad y firmeza sin maltratarlos; respetar su individualidad,
independencia y libertad; haciéndoles entender que tienen deberes y colaboración con los demás.
Recordar siempre que la misión que me has encomendado, aunque difícil es muy bella;
"Formar el mundo del mañana".
Oírlos en sus dudas y reclamos, aceptando que como humano no soy dueño de la verdad y por lo tanto he fallado y puedo equivocarme.
Señor, que todo sea por el bien de mis alumnos que son mi mayor compromiso.