viernes, 26 de diciembre de 2014

Me Alegro de Ser Maestro


Prefiero ser un maestro que un vendedor. Aunque un vendedor gana más dinero que yo, no cambiaría el lugar con él. El vende lavadoras, plumas fuentes, etc., pero yo vendo ideas.

Prefiero ser un maestro que un arquitecto. Un arquitecto ayuda a construir edificios, pero yo ayuda a construir caracteres.


Prefiero ser un maestro que un artista, fascinante como pueda ser esa profesión en su completa belleza, color y simetría. Un artista pinta cuadros sobre lienzos, pero yo pinto cuadros sobre las memorias de los niños.

Prefiero ser un maestro que un contable. El contable hace balance de cuentas, pero yo hago balance de vidas.

Prefiero ser un maestro que un negociante. El negociante trabaja con hechos y figuras, y con monedas sin vida, pero yo trabajo con mentes que se abren, futuros que brillan y principios que crecen.

Prefiero ser maestro que un orador. Un orador insta a adultos al aplauso y a la admiración, pero yo insto a los niños a la elección correcta y al pensamiento noble.

Prefiero ser un maestro que un arqueólogo. El arqueólogo saca tesoros de la tierra, pero yo saco talentos de las vidas.

Prefiero ser un maestro que un estadista. El estadista trata con ciudadanos hechos, pero yo trato de futuros ciudadanos.

Prefiero ser un maestro que un intérprete. El interpreta palabras e ideas, pero yo interpreto motivos, propósitos y anhelos.

Me alegro de ser MAESTRO.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Reflexión docente: Los leñadores



RECIENTEMENTE TUVO LUGAR el “Campeonato Mundial de Leñadores” que se celebra todos los años en Canadá. ¿Los finalistas? Un Canadiense y un Noruego llamados Peter y Johann respectivamente.

Su tarea era muy sencilla. A cada uno de ellos se le adjudicó un sector del bosque. Aquel que talara más árboles entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde, sería el ganador.

A las 8 en punto sonó el silbato y los dos leñadores se pusieron manos a la obra con destreza. Iban talando intercambiando golpe tras golpe hasta que a las nueve menos diez el Canadiense oyó que el Noruego se detenía… Advirtiendo su oportunidad, ¡el Canadiense redobló sus esfuerzos!

A las 9, el Canadiense oyó que el noruego comenzaba a talar otra vez. Una vez más parecía que iban talando intercambiando golpe tras golpe, ¡hasta que a las diez menos diez el Canadiense oyó que el Noruego se detenía! El Canadiense perseveró, decidido a sacar el mayor partido posible de la debilidad de su adversario.

A las 10 en punto, el Noruego comenzó a talar de nuevo. Hasta que a las once menos diez hizo una nueva pausa. La confianza del Canadiense iba en AUMENTO — podía “oler” la victoria y prosiguió con su ritmo regular y constante.

Y así sucesivamente a lo largo de todo el día. Cada hora a menos diez, el Noruego paraba y el Canadiense seguía talando. Cuando sonó el silbato a las 4 de la tarde señalando el final de la competencia, ¡el Canadiense estaba absolutamente convencido de que el premio era suyo! Te podrás imaginar cuál sería su sorpresa al descubrir que había perdido…

“¿Cómo lo hiciste?” le preguntó al Noruego. “Cada hora a menos diez oía que te parabas. ¿Cómo demonios pudiste cortar más árboles que yo? ¡No es posible!”

“Pues realmente es muy sencillo,” respondió el Noruego con franqueza. “Cada hora a menos diez, paraba. Y mientras tú seguías talando, yo me dedicaba a afilar el hacha…”

Enseñanza: ¿hace cuanto tiempo que no paras de trabajar para afilar tu hacha?. ¿Hace cuanto tiempo que no refuerzas tus conocimientos educativos  para mejorar tu gestión docente?. ¿Hace cuanto tiempo que no haces algo distinto en tu colegio o escuela  como planificar todo de nuevo y dejar de usar viejos borradores, viejas técnicas y te renuevas?

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Historia para reflexionar: ¡MAL CARACTER!


Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.
Descubrió que era más fácil controlar su carácter durante todo el día.
Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta.


Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: "Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves".
Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero el modo cómo se lo digas lo devastará y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como la ofensa física. Los amigos son joyas preciosas. Nos hacen reír y nos animan a seguir adelante. Nos escuchan con atención y siempre están dispuestos a abrirnos su corazón. Tenlo siempre presente.

martes, 14 de octubre de 2014

Fábula: los 20 euros.



Una profesora en clase saca de su cartera un billete de 20 euros y lo enseña a sus alumnos a la vez que pregunta: “¿A quién le gustaría tener este billete?”. Todos los alumnos levantan la mano.

Entonces la profesora coge el billete y lo arruga, haciéndolo una bola. Incluso lo rasga un poquito en una esquina. “¿Quién sigue queriéndolo?”. Todos los alumnos volvieron a levantar la mano.

Finalmente, la profesora tira el billete al suelo y lo pisa repetidamente, diciendo: “¿Aún queréis este billete?”. Todos los alumnos respondieron que sí.

Entonces la profesora les dijo:
“Espero que de aquí aprendáis una lección importante hoy. Aunque he arrugado el billete, lo he pisado y tirado al suelo… todos habéis querido tener el billete porque su valor no había cambiado, seguían siendo 20 euros.
Muchas veces en la vida te ofenden, hay personas que te rechazan y los acontecimientos te sacuden, dejándote hecho una bola o tirado en el suelo. Sientes que no vales nada, pero recuerda, tu valor no cambiará NUNCA para la gente que realmente te quiere. Incluso en los días en los que sientas que estás en tu peor momento, tu valor sigue siendo el mismo, por muy arrugado que estés”.

jueves, 21 de agosto de 2014

El docente ladrón de sueños.




Cuentan que, ante un grupo de niños, un hombre contaba la siguiente historia…


Había una vez un muchacho hijo de un humilde entrenador de caballos. El padre del muchacho era pobre y, aunque con algunos sacrificios, consiguió que su hijo pudiera ir a la escuela. Una mañana, mientras estaban en clase, el profesor pidió a los alumnos que pusieron por escrito las metas que pretendían alcanzar cuando fueran mayores.


El joven, ilusionado por el proyecto, pasó gran parte de la noche escribiendo varios folios en los que explicaba con detalle sus sueños y anhelos. Incluso, hizo varios dibujos para completar su descripción. El chico se imaginó aquella noche dueño de su propio rancho, cuidando de su propia ganadería y con un extenso terreno en cuyo centro se levantaba su casa. Visiblemente emocionado, a la mañana siguiente, el muchacho entregó su trabajo al profesor.


Sin embargo, dos días más tarde, el joven recibió la puntuación de su trabajo, un suspenso, junto con una nota que le decía que se quedara a hablar con el profesor al terminar las clases. El chico acudió a ver a su profesor y lo primero que hizo fue preguntar por qué lo había suspendido. El profesor le explicó: “Este es un sueño poco realista para un chico como tú. Tú no tienes recursos, tu familia es humilde. Para conseguir todo lo que describes en tu trabajo hace falta mucho dinero y muchos contactos. Tienes que comprar el terreno, pagar por las crías originales y después tendrás muchos más gastos de mantenimiento. Tu proyecto no es realista, no podrías hacerlo de ninguna manera.”


A continuación, el profesor agregó:” A pesar de ello, y en consideración por todo el esfuerzo realizado, si vuelves a redactar tu proyecto de forma más apropiada, con objetivos más realistas, te prometo reconsiderar tu nota.”


El chico regresó a su casa y pensó mucho lo que su profesor le había explicado. También le preguntó a su padre que debía hacer, ante lo cual, este le contestó: “Mira hijo, creo que esa es una decisión importante, por lo que te recomiendo que te tomes tiempo para tomarla. Creo que es algo que debes decidir por ti mismo. Lo que tú decidas estará bien.”


Finalmente después de reflexionar durante un par de días, el chico volvió a presentarse ante su maestro entregándole el mismo trabajo, sin hacer cambio alguno. Ante la cara de asombro de su profesor, el chico le dijo: “Profesor, puede usted mantener mi mala nota, pero yo prefiero conservar mi sueño.”


Al concluir esto, el hombre que hablaba miró a los niños y les dijo: “Y esta es mi historia. Y aquí enfrente está la casa de mis sueños. En el centro del rancho que me propuse conseguir, porque esta es la meta de mi vida. Aún conservo aquel trabajo, con sus grandes números rojos en una esquina, enmarcado sobre la chimenea.”


Luego agregó: “Pero lo mejor de la historia es que, hace dos años, aquel mismo profesor, me visitó con un grupo de treinta chicos. Vinieron a visitar mi rancho. Y al irse me confesó: -Mira, ahora puedo decírtelo. Cuando era profesor, era una especie de ladrón de sueños. Durante aquellos años, les robé un montón de sueños a los niños. Pero por suerte, tú tuviste la fortaleza de no abandonar el tuyo. Y tu ilusión, y tu persistencia me hicieron ver lo equivocado que estaba, y lo cruel que fui con aquellos niños. Ahora, ya jubilado, intento reparar el daño causado contagiando la ilusión a cuantos quieren oírme.”






Ser maestro implica una gran responsabilidad (todo gran poder…). Manejamos ilusiones y sueños ajenos, y de nosotros depende regarlos y que puedan florecer o que se marchiten. ¡Nadie dijo que fuera fácil! Aunque por otra parte… ¿alguien conoce algo tan apasionante?

viernes, 8 de agosto de 2014

Felíz, tu maestro.



Felíz , tu, maestro,
porque tu tesoro son los alumnos
y tu vida es estar entre sus vidas,
haciéndolos madurar.


Felíz, tu, maestro,
porque no guardas la vida,
la derrochas cada jornada,
entre silencios y esperas,
entre esperanzas y dudas,
entre ilusiones y temores.


Felíz, tu, maestro
porque te sientes realizado,
haciendo que brote la vida que ya está allí,
oculta esperando la voz del amigo maestro.





Felíz, tu, maestro,
porque aunque todos te llaman profesional,
tu sabes muy bien que aprendes cada día,
cuando estás delante de ellos, tus maestros;
cada uno diferente, original e incomparable.
Cada uno maestro de su maestro.


Y si tú eres felíz, felices serán ellos también.

(desconozco el autor)

miércoles, 30 de julio de 2014

10 frases para docentes de Guy Kawasaki.

Guy Kawasaki es, sin duda, una de mis muchas fuentes de inspiración. Me explico. Hablar de Guy Kawasaki es hablar de la unión entre Marketing y Tecnología, dos de mis grandes pasiones últimamente junto con la Educación. Guy Kawasaki es mucho más que unos de los grandes creativos de la marca Apple y un evangelizador de la tecnología aplicada al mundo empresarial. Muchas de sus frases o reflexiones tienen cabida perfectamente en el ámbito educativo. De ahí que el artículo de hoy sea una recopilación y reflexión de algunas de sus frases más célebres. Pero antes déjame que te recomiende dos de sus mejores libros: El arte de cautivar y El arte de empezar.




Guy Kawasaki

1. Una buena idea es el 10% y la puesta en práctica, el trabajo duro y la suerte es el 90%. 
Como docente, a lo largo del curso se te ocurren muchísimas ideas para aplicar en el aula. Son ideas fruto de la experiencia, de la interacción con otros compañeros, de la lectura o de cursos de formación. Pero una idea no vale absolutamente nada. Todo el mundo tiene ideas todos los días. Lo importante, como dice Guy Kawasaki, es poner en práctica dichas ideas desde la honestidad de tu trabajo y la determinación de tu persona. 


2. Al final, o eres diferente o eres barato. 
Muchos docentes tienen el temor a ser diferentes. Yo creo que tal y como afirma Guy Kawasaki hay que tener la valentía para dar un paso adelante y demostrar lo mucho que vales ante todos tus compañeros y alumnos. En otros artículos te he preguntado cómo te vendes en el aula y la respuesta debe ser contundente. Debes dar lo mejor de ti mismo o corres el peligro de diluirte en la normalidad. Y la normalidad te hace invisible, te hace prescindible. 


3. No os quedéis estancados. Todo, absolutamente todo, se puede mejorar. Nadie sabe en qué dirección, o en qué sentido, pero si continúas quejándote y conformándote, te será muy difícil ser innovador o creativo. 
La profesión de docente es una profesión de riesgo. Y lo es porque se corre el peligro del estancamiento. De ahí la importancia de poder salir de tu zona de confort. Mismos compañeros, mismo libro de texto, mismos exámenes. No entiendo al docente que repite con orgullo que acaba de elaborar un material con el que tiene previsto trabajar durante muchos años. No. No hay que estancarse. Hay que buscar diariamente la innovación y ahora más que nunca es posible en un mundo globalizado, donde a través de internet o de las redes sociales puedes aprender de una gran cantidad de docentes con enormes inquietudes. Y cuanto más compartas, más ideas tendrás para fomentar tu creatividad. 


4. Cuantas menos diapositivas necesites, más convincente será tu idea. 
Guy Kawasaki se hizo muy conocido a raíz de la regla 10-20-30 aplicada a una presentación. Guy Kawasaki afirma que en una presentación no se debe exceder de las 10 diapositivas, de los 20 minutos y del tamaño 30 de una fuente de letra. En el fondo, lo que te está diciendo Guy Kawasaki es que menos es más. Y esta reflexión creo que es perfectamente aplicable a una sesión lectiva. En muchas ocasiones no eres consciente de que es tan importante aquello que enseñas como la manera con que lo enseñas. Estoy convencido de que se trata de dedicar cada vez más tiempo a pensar en cómo se puede enseñar con menos tiempo y con menor esfuerzo. Este es para mí uno de los grandes retos a los que me enfrento cada curso escolar. 
5. Conocer a los clientes exige salir a la calle y establecer contacto con ellos. 
Si cambias la palabra cliente por alumno y calle por centro escolar, entonces es una frase que puedes aplicar perfectamente a tu profesión. Como docente enseñas conocimientos, pero también enseñas valores y estos valores no siempre se enseñan exclusivamente en el aula. Para mí, al igual que Guy Kawasaki, el contacto directo con tus alumnos es una parte esencial de tu trabajo. Es más. De lo que se trata es de fomentar más que nunca lo que denomino la escucha empática. Para saber más sobre la escucha empática te recomiendo la lectura del artículo 5 Maneras de escuchar a tus alumnos. ¿Qué es la escucha empática? 


6. No se preocupe, sus productos pueden ser algo malos. 
Esta frase de Guy Kawasaki me gusta mucho porque la relaciono muy directamente con la diferencia en el ámbito educativo entre la perfección y la excelencia. Como docente, no debes preocuparte porque tu producto, tu clase te salga perfecta, sino que en esa clase hayas transmitido algo especial y único a tus alumnos. Cada vez estoy más convencido de que lo mejor está reñido con la perfección. 


7. No hay que tener miedo al fracaso. Es una parte del camino hacia el éxito. Si estamos esperando a probar y probar y mejorar en exceso nuestro producto, jamás lo lanzaremos en el momento idóneo. Lánzalo, y después, que el usuario lo pruebe. Él te dirá si tiene éxito o no. No presupongas nada. 
La sociedad cada vez tolera menos el error. Y para Guy Kawasaki no se puede progresar si no eres capaz de equivocarte, si no eres capaz de valorar lo mucho que puedes aprender del error, lo mucho que puedes enseñar a partir del error. 


8. Todo el marketing debería comunicar algo con verdadero significado. 
De esta frase de Guy Kawasaki me quedo con las palabras comunicar y significado. Personalmente, me parecen dos palabras esenciales en el ámbito docente y que dicen mucho de la educación, pero creo que también dicen mucho acerca de ti, porque son palabras que se refieren a la importancia de transmitir a tus alumnos aquello que sabes, a sabiendas de que no basta con transmitirlo, con enseñarlo. De lo que se trata es de dotar tus enseñanzas de un significado que pueda dejar huella en tus alumnos. Que sea un mensaje con un significado que pueda inspirar a tus alumnos. Guy Kawasaki sabe que el verdadero marketing, el marketing que realmente vende es el que se sustenta en el poder de la comunicación y en la autenticidad de su mensaje. ¿No crees que en el ámbito docente se persigue lo mismo? 


9. La verdadera innovación se produce cuando se saltan las curvas, no cuando piensan cómo mejorar un 10% o 15%. 
La Educación no es un camino en línea recta. Todo lo contrario. La profesión de docente es una profesión con peligrosas curvas. Pero lo importante, lo que realmente importa no es esquivar estas curvas, sino enfrentarse a ellas para transformarlas en una línea recta. Y eso no es nada fácil porque implica una gran transformación, no sólo de ti sino de la Comunidad Educativa que te rodea. Siempre he defendido la importancia de trabajar en uno mismo para poder mejorar, pero en esa mejora siempre debes intentar que otra gente también quiera seguirte, debes intentar que otra gente también crea en ti y en aquello que haces y defiendes. Ese 10%-15% es lo que tú puedes mejorar, pero debes querer ir mucho más allá e implicar a otras personas, inspirar a otras personas. 


10. Si usted tiene que poner a alguien en un pedestal, ponga a un docente. Son los héroes de la sociedad. 
La frase de Guy Kawasaki que lo dice todo es un tremendo orgullo como docente que una persona de la influencian mundial de Guy Kawasaki tenga en tan alta consideración a los docentes. Pero es así. Para Guy Kawasaki tú eres el verdadero héroe de la sociedad.